La empresa
Notas
Los conejos domésticos ya proveen el combustible del futuro
La bioenergía está de moda, y en la Argentina ya se trabaja con combustibles a base de estiércol del animalito. Ya hay cocinas, calefones y calderas que reemplazaron el gas o el gasoil. Cuesta mucho menos, no contamina y en países como Suecia, ya generan electricidad.
En la exitosa saga de la película Volver al futuro, el De Lorean que viajaba a través del tiempo abandona el combustible fósil y la energía eléctrica para cargarse con los restos de un tacho de basura: unas latas usadas y una cáscara de banana son suficientes para que el auto tenga la potencia y velocidad que permitan trasladarse.
En el futuro, quizá abandonemos el cómodo servicio de la estaciones donde cargamos nafta, gasoil o gas, y será suficiente tener una docena de conejos que coman bien, para que a la hora de hacer sus necesidades las volquemos en el tanque de combustible.
Aunque carezcan de glamour, los residuos serán los que en un futuro no muy lejano nos iluminen, calefaccionen y permitan cocinar, entre otras utilidades de la vida moderna. De hecho, en la provincia de La Pampa ya se desarrolló toda una industria que está funcionando muy eficientemente.
El estiércol de conejo, por ejemplo, ya está siendo utilizado como combustible para cocinas, calefactores, calderas y secadoras de granos, y aunque usted no lo crea es mejor y más barato que el gas o cualquier nafta.
Varios países europeos llevan la vanguardia en la implementación de esta bioenergía, pero en la Argentina todavía no existen políticas de Estado que la tengan en cuenta y mucho menos planes para financiar un sistema apto para ser utilizado en cada vivienda.
En La Pampa, el ingeniero Raúl Mieza es uno de los adelantados en la utilización y construcción de quemadores de residuos. "Es un mercado de cuya importancia aquí no se tiene ni idea. En Suecia, por ejemplo, un gran porcentaje de la electricidad ya es generada por combustible de pellet y en otros países de Europa están importando los residuos transformados para reemplazar al combustible derivado del petróleo", aseguró Mieza en una entrevista con Infobae.com.
Para tener un parámetro de utilidades, una tonelada de residuos tiene un valor de aproximadamente 70 pesos y genera el mismo calor que en gas licuado o gas oil se logra gastando 1.200 y 900 pesos, respectivamente.
"La Pampa tiene aproximadamente 1.000 millones anuales de residuos agrícolas forestales y animales desperdiciados o mal utilizados. Para tener una idea, 30 kilos de pellets forestal (leña o residuos que quedan de los árboles) equivale en calor a una garrafa de 10 kilogramos de gas. La relación es de 15 a 1", amplió el ingeniero.
Todo se transforma
Uno de los principales beneficios de este combustible es que se obtiene de la utilización de todos los residuos agrícolas, forestales y animales.
En el caso del abono animal, los que se utilizan son aquellos que son depuestos en forma de granos, como los de conejo u oveja. Con ese estiércol, en La Pampa ya funcionan varios quemadores que reemplazan el gasto del gas.
"Artefactos como cocinas, calderas, quemadores, secadoras de granos o calefactores pueden utilizar este combustible que se vende por kilo en cualquier negocio y es muy parecido al alimento balanceado", explicó el ingeniero.
El proceso de transformación de los residuos se realiza a través de máquinas especiales –y también de bajo costo- que dejan los desperdicios forestales, por ejemplo, en un tamaño pequeño y fácil de manipular.
"En el caso del estiércol en grano, se utiliza en forma directa", añadió Mieza, y aseguró que en el proceso de combustión este tipo de elemento no deja ni humo ni olor y es mucho más benévolo para el medio ambiente que el gas o las naftas.
Otro de los beneficios es que la utilización de estiércol, chips o pellets se puede regular y economizar mucho más que los combustibles domésticos actuales.
"Existen aparatos de calefacción en Europa que se activan a control remoto por medio de celulares. Esto permite obtener las mismas calorías pero con mucho menos costo", reveló el ingeniero pampeano, quien desde hace algunos años se dedica a la construcción de cocinas, secadoras de grano y hornos para biocombustible.
Otro punto destacado por Mieza es que con este sistema se podría utilizar también la basura doméstica, lo cual sería beneficioso para el medio ambiente además de rentable.
"El combustible tiene un grado de contaminación neutra pues es la misma que genera la biomasa al descomponerse de manera natural. Además la recolección y procesamiento podría generar mucha mano de obra no especializada", estimó.
La exportación de este tipo de material a países con escasos recursos de energía natural puede ser otra de las aristas del negocio. Japón, por ejemplo, ya comenzó a importar barcos con chip de leña para sus papeleras.
Es que la energía que genera este tipo de combustible oscila entre 3000 y 4000 Kc/Kg, el equivalente a 1/3 de un kilogramo de combustibles derivado del petróleo.
Al alcance de todos y con un bajo costo de reciclaje, sería bueno ir pensando en un cambio, teniendo en cuenta que, si las estadísticas se cumplen, en 2040 el petróleo sólo podrá cubrir el 20% de la demanda energética.